Fue hace muchos años, allá por el noventa y tantos.
Era domingo, sobre las diez de la mañana más o menos.
Nos llamaron porque éramos los únicos que teníamos una cámara de fotos decente en toda la Policía. No había llegado todavía la época en que todo el mundo llevaba su laboratorio fotográfico en el bolsillo. En esa época lo que se llevaba en el bolsillo era el tabaco. No sé si hemos ganado en el cambio…
Habían encontrado muerto a un tipo en un hotel de carretera, el Hotel Europa se llamaba. El caso es que no tenían claro si el muerto era el mismo que se había registrado o no. Se parecía un poco a la foto del pasaporte, pero no estaba claro. Así que la cosa era hacerle unas fotos para intentar identificarlo correctamente.
Cuando llegamos, entramos hasta la habitación 225 y allí estaba, desparramado sobre la cama deshecha, desnudo con sus vergüenzas al aire y con cara de no haberlo pasado muy bien.